Mensaje de la Semana Nasó 20
Shalom a todos!
La primera parte de esta historia la encontrarás aquí.
Estaba cansado, no solo por su largo camino sino también, o especialmente por su procura sin frutos, tras la fórmula mágica que lo ayude a tomar verdadero vuelo. Llegó a una quebrada y se sentó sobre una roca a descansar. Con el sonido arrullador del riachuelo, cuando estuvo a punto de quedarse dormido, divisó un hombre que se acercaba. Era este un anciano con cara de sabio que, como él, paseaba por el bosque un día como hoy. El anciano también advirtió su presencia y acercándose, le pregunto: “Que te trae a la orilla de la quebrada en la mitad del bosque una mañana como esta?” El joven impresionado por la empatía del anciano sintió por primera vez que podía compartir con alguien su anhelo por volar y contestó “Decidí abandonar por hoy mis proyectos, ¡pensé que encontraría una idea, un consejo para cumplir con un ardiente deseo que me embarga desde el día que empecé a entender,” y con valentía continuó, “quisiera poder volar!”. El anciano sonrió y mientras se sentaba sobre una roca cercana le dijo “Hijo mío, tu deseo por volar muestra tu grandeza interna. Se nota que tienes mucha cercanía a tu verdadero ser. Normalmente los humanos tenemos una separación bastante marcada entre el yo y el verdadero yo. En una conversación corta, como la que nos es posible hoy, no podría explicarte este tema con la debida profundidad; pero si puedo adelantarte una muy valiosa “perla” que contiene en ella la fórmula que tanto anhelas. Hace más de tres mil años el Pueblo de Israel se encontraba bajo un dominio completo que ejercían sobre él, un rey llamado Paró y su pueblo, en la tierra de Egipto. Ese dominio no se limitaba al control sobre sus cuerpos, sino también sobre sus almas. La esclavitud duró varias generaciones, hasta que el Creador del mundo los sacó con grandes milagros y muy pronto después, bajó a este mundo para entregarles su Torá; ya que, habiendo salido de Egipto sin recibir la Tora, muy pronto, el pueblo hubiera vuelto a una nueva esclavitud, ya no bajo Paró sino bajo las cadenas de sus propios cuerpos. Las cadenas de la realidad material en la que se encuentra el hombre en su corto pasar por este mundo.
Sobre tu deseo de volar, es tu alma la que lo quiere hacer y sólo la Torá que recibieron tus antepasados, es la que, al estudiarla con diligencia y cumplirla, te puede liberar de los amarres que ejerce este mundo sobre ti. No es sino ella la que te puede elevar por encima de lo que hoy te amarra y no te deja volar.
Mañana en la noche se repite la Entrega de la Torá. Estás invitado a mi casa a celebrar con nosotros este gran día y recibir ese gran regalo que el Creador del mundo hizo a nuestro pueblo”. El joven, con sentimientos de sorpresa, intriga y un poco de susceptibilidad, decidió aceptar la invitación del anciano con cara de sabio que, mostraba dominar un tema tan novedoso y, por fin, emitía un poco de luz a su continuada desdicha y desesperanza.
Feliz Shavuot Jag Matan Toratenu y Shabat Shalom, les deseo,
Daniel Milhem.
Rosh Kolel Birkat Abraham