El Mensaje de la Semana Shelaj 20

Shalom a todos!

En esos días, no muy lejanos, en los que la humanidad celebraba los avances y logros del hombre, que parecía capaz de lograr todo, el mundo soñaba con llegar al año 2020. Mucho se habló y se escribió sobre el hombre del 2020. Un hombre que habría llegado a un control casi que absoluto de su futuro. Uno que habría alcanzado tal nivel de civilización, que los pueblos ya no tendrían razones para odiarse y, mucho menos, para agredirse. Avances en la tecnología, la medicina, el transporte, construcción y más, anticipaban un mundo cómodo y relajado en el que el hombre tendría tiempo, tranquilidad y contaría con todos los elementos para obtener el goce que siempre soñó.

De este dulce sueño, el hombre del 2020 se despierta a una realidad muy diferente. Pareciera que “realidad diferente” es una descripción muy benevolente. Despertar a situación de nuestros días es como salir de un bonito sueño y entrar a una verdadera pesadilla. La situación actual hace que el hombre sienta profunda nostalgia por aquellos días más simples. Días en los que los avances y los logros prometían solo alegría y prosperidad.

Ya escribimos que la Menorá nos enseña que la educación debe ser dirigida a que el pupilo torne su mirada hacia sus adentros, logrando así que este se concentre en su auto conocimiento y en la construcción de su propio ser. También insinuamos que justo en este punto está el error fatal de la humanidad y el origen de la mayoría de sus problemas. El hombre dirigió su mirada hacia afuera. Hacia un mundo que no le pertenece. Invirtió ahí todas sus fuerzas y recursos. Trató de construir un mundo que no es de él y no hizo sino destruir.

La Menorá tiene otra gran lección. Hay en ella una aparente contradicción. Por un lado, como ya escribimos, el encendido de sus luces se hace en dirección a sí misma. Por el otro, las luces de la Menorá iluminan todo el mundo. Hubiéramos pensado que su luz no brillaría sino hacia sí misma. Pero la enseñanza es obvia. Como primera medida, la mirada, la concentración debe estar dirigida hacia adentro. La Menorá nos dice, conócete, constrúyete, desarrolla esas fuerzas y talentos con los que fuiste dotado. Después y sólo después, tu luz brillará también hacia afuera y podrás cumplir con el papel que te corresponde, la construcción de un mundo lleno de verdadera sabiduría, paz y alegría.

 

Shabat Shalom a todos,

Daniel Milhem.

Rosh Kolel Birkat Abraham

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