El Mensaje de la Semana – Jukat 20

Shalom a todos!

En un mundo tan grande, maravilloso y completo como este no nos extraña que sea cierto el viejo adagio que dice “el que busca encuentra”. Pensamos que si no encontraste es porque no buscaste suficiente. Solo que, hay algo que a lo largo de las generaciones se ha procurado invirtiendo en su búsqueda lo mejor de los cerebros, inmensa riqueza y no se ha podido encontrar. La verdadera felicidad ha sido muy esquiva. Para estos días del 2020, a raíz del acelerado avance en tantas áreas que “facilitan la vida”, se pronosticaba que el mundo sería realmente feliz. La triste, aunque no sorpresiva realidad, es que el hombre siente que la felicidad nunca ha estado tan lejana. Incluso antes de la llegada de la amenaza del corona ya se sabía que el 2020 no era como lo imaginaron. Los sicólogos y siquiatras nunca estuvieron tan ocupados. Gran cantidad de literatura, tratamientos y pastillas se convirtieron en best sellers, todos por prometer sacar al hombre de su depresión.

Necesita una explicación este extraño fenómeno que ocurre con la felicidad. Cómo es que el hombre no consigue hacer realidad su sueño de alcanzar la alegría verdadera. Por otro lado, nuestros Sabios también garantizan que el que busca encuentra. Sólo que colocan una condición. Ellos enseñan “Yagata Matzata” “Si te esfuerzas en tu procura, encontrarás”. La felicidad verdadera no está en alivianar el trabajo, lo contrario es la realidad.

La Pará Aduma (La Vaca Roja) nos enseña justo esto. Cuando la sacan de su hábitat natural y la alejan del resto de compañeras, se puede cometer el error de pensar que las que quedaron atrás son afortunadas, pudieron seguir su apacible pastar. La suerte de la roja parece la peor, desde su shejita para ser luego eliminada, hasta las cenizas. Solo que, cuando se considera la historia completa se aclara un secreto muy grande en este tema nuestro de la alegría. Las compañeras, esas que quedaron pastando, no ganaron sino unos cuantos días de apacible pastar, porque, en el mejor de los casos, no pasará mucho tiempo hasta que sean también sacrificadas, para ser comida de algún grupo de individuos, cumpliendo así su papel. Después volverán a la tierra para convertirse en alimento de otras vacas y después, de otros humanos.

La Vaca Roja, en cambio, entrega todo su ser para servir como purificación. De ser un simple animal que pasta bajo el sol, se eleva a una vida eterna; la de la purificación de un Pueblo, que se libra de la impureza para servir, de la manera más elevada, a su Creador.

El mensaje es claro. No esperes sentir verdadero goce sin sacrificar. El hombre del 2020, como ninguno, se encuentra lejos. Está buscando donde no la encontrará. Camina en dirección contraria a la del camino que lleva a la verdadera felicidad.

Shabat Shalom le deseo a todos,

 

Daniel Milhem.

Rosh Kolel Birkat Abraham

1 Comments

  1. Juan Enciso on 1 julio, 2020 at 3:47 am

    Excelente explicación

Leave a Comment