El Mensaje de la Semana – Balak 20

Shalom a todos!

En esta crisis del corona por la que atraviesa el mundo, se pueden reconocer tres diferentes grupos de personas que, dependiendo del grupo dependerá su actitud hacia lo que está ocurriendo. El primero grupo no puede creer, el segundo no quiere creer y el tercero no quiere saber, lo que está pasando. Cada uno de estos grupos flamea su propia bandera ya que todos comparten una misma cualidad de carácter que sobresale en ellos y los hace reaccionar a lo que les sucede de manera especial.

El primer grupo, el de los que no pueden creer. Les parece insólito que al hombre del 2020 le esté ocurriendo esto, flamean la bandera del orgullo falso. Según ellos el hombre debería tener control completo de lo que ocurre y si acaso ocurriera algún imprevisto, la solución debería estar a la mano. Se frotan los ojos con incredulidad y se preguntan “¿Acaso no es cierto que el hombre lo puede todo?”. Son el grupo de “Kojí veotzem yadí asá li et hajayil hazot” “Mi fuerza y la potencia de mi brazo son los que me dieron está riqueza”.

El segundo, los que no quieren creer, ellos llevan la bandera de la envidia. No pueden aceptar que, justo en su generación esté ocurriendo algo así. Les molesta pensar que las generaciones anteriores y posiblemente las venideras, no tendrán crisis de este tamaño. Están comparando constantemente las estadísticas de su barrio, ciudad, país, con aquellas de los demás para asegurarse que hay quien la está pasando peor.

El tercero son los indulgentes. No quieren saber lo que está ocurriendo, no sea que les toque detener su carrera desenfrenada por la satisfacción de sus deseos por lo físico. Para ellos, lo importante es, seguir comiendo, bebiendo y bailando. Su lema es “Que no vengan con cuentos de corona y separación social, justo ahora que estoy en los mejores años de mi vida”.  Para ellos el goce es más importante que la misma vida.

Bil'am tampoco quiso enfrentar la realidad. Como profeta, tenía conocimiento y comunicación con el Creador del mundo. Incluso, escucho de El mismo, el camino correcto a tomar, mas no pudo. Su orgullo, su envidia y su indulgencia le ganaron. Su final fue penoso. De grandes alturas en honor y poder, fue cayendo en el menosprecio, en el ridículo, hasta caer en una guerra que el mismo se creó.

Que diferentes, por el otro lado, son los pupilos de Abraham. Ellos reconocen la mano del Cielo en todo lo que ocurre. Enfrentan la vida con responsabilidad. No solo que se han liberado de las cualidades dañinas de Bil'am y sus pupilos, sino que adquirieron la verdadera humildad, la alegría con su porción y se hicieron libres de la pasión por el goce terrenal.

En nuestra Parashá está este llamado. Si hasta ahora has sido de los pupilos de Bil'am, es hora de reconocer el error y entender, que la razón de todas tus penas no es sino el producto de tu faya visión y tu errada actitud a la realidad.

Shabat Shalom.

Les desea,

Daniel Milhem.

Rosh Kolel Birkat Abraham