El Mensaje de la Semana – Pinjás 20

Nota: las siguientes líneas se refieren a países con economías fuertes y no a países pobres, que incluso antes de esta crisis ya tenían dificultad para proveer las necesidades básicas de sus habitantes.

Shalom a todos!

Como es sabido, desafortunadamente, un gran número de países ha decidido arriesgar la salud de sus habitantes prefiriendo la de sus economías. Gobiernos que, invirtiendo unas cuantas semanas de cuarentena y cese de actividades, hubieran podido controlar con relativa facilidad la expansión del contagio, no lo hicieron. Otros, que sí lo hicieron, después de haber llegado a niveles de control muy avanzados, decidieron volver a la apertura, con las conocidas y tristes consecuencias.

Si se analiza esto un poco más, puede dar la impresión, de que la economía no era lo que estos gobiernos trataron de proteger. ¿Acaso no era lógico pensar, que el precio y el gasto exorbitante que causan la enfermedad, el colapso de los servicios de salud y más, no sería mucho mayor que el cese de actividades y la cuarentena durante un tiempo definido? Pareciera que los gobernantes se dieron cuenta que la cuarentena no era muy popular. Abrir las puertas y los mercados, convenciendo al pueblo de que las medidas de precaución serían suficientes, se vería mejor. Por esto hay quien sospecha que la verdadera razón de la apertura prematura, con sus sabidas consecuencias, no fue sino el deseo de volver a ser elegidos en las próximas elecciones. Que los partidos gobernantes decidieron arriesgar todo, incluso la vida de sus electores, con tal de tener más posibilidades de seguir gobernando.

La verdad es, que la diferencia entre un político populista y un líder sabio y justo. Uno que, por mantener el poder está dispuesto a poner en peligro, incluso lo que debía ser su cosa más preciada; comparado con otro que, con responsabilidad, guía a su pueblo tomando las medidas que lo benefician, incluso cuando estas no son populares y difíciles de implementar, ya se notaron cuando se compara a Zimri con Pinjás. Zimri ben Salú en su posición de líder, hizo un acto terrible, animado por su deseo de satisfacer el gusto de sus seguidores, pensó que eso le daría méritos para seguir a la cabeza. Pinjás, por el otro lado, sin importarle lo que dirán, dio un paso adelante tomando real liderazgo, colocó su vida en peligro y llevó a cabo un acto totalmente impopular. Su única consideración fue, hacer lo correcto en los ojos de su Creador. El final ya lo conocemos Zimri y sus seguidores cayeron de manera penosa y Pinjás recibió recompensa en este mundo, como nadie más llegaría a recibir.

Si estas sospechas son ciertas, el mundo en estos días presencia un penoso fenómeno. Sus líderes se convirtieron en marionetas manejadas por el pueblo que los elije y las consecuencias son catastróficas. Nuestros Sabios ya lo habían previsto cuando afirmaron que, al final de los días existirá un estado de “pnei hador kepnei hakelev” “la cara de la generación (sus líderes) será como la cara del perro”. Que hay quien explica esta comparación de la siguiente manera, así como el perro que, incluso cuando camina al frente no es sino su amo el que lo lidera, también los líderes del final de los días, su liderazgo será basado en aquellas decisiones que encuentren gracia en los ojos de sus pueblos. En otras palabras, no habrá verdadero liderazgo sino un esfuerzo constante de parte de los supuestos líderes de encontrar gracia en los ojos de aquellos potenciales electores. Pareciera que en estos días la humanidad lo ve con sus propios ojos y muchos desafortunadamente lo viven en carne propia.

Shabat Shalom y noticias buenas les desea,

Daniel Milhem.

Rosh Kolel Birkat Abraham

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