El Mensaje de la Semana – Sucot 20
Shalom a todos!
Después de los días elevados del principio de nuestro maravilloso año, nuestra gente se prepara para entrar en los ocho días que nuestros Sabios llaman El Tiempo de Nuestra Alegría. Días en los que Israel abandona la comodidad de su casa y se muda a la Sucá, una casa temporal.
Una de las lecciones de la Sucá es, que el hombre no está en este mundo para quedarse, no está sino de paso. La Sucá, que nos hospeda por tan solo siete días, nos enseña que, así como en ella no vivimos sino un tiempo corto, también en este mundo la estadía es corta. Adicionalmente, la obligación de abandonar la casa para cumplir con la Mitzvá nos refuerza esta idea. Cuando todo parecía en orden y, al contrario, con los vientos del incipiente otoño y la amenaza de lluvias, siente el hombre tranquilidad al contar con una vivienda sólida, cómoda y dotada de tantos detalles que hacen la vida más fácil, llega la Mitzvá de Sucá con la orden de abandonar la casa y salir a la cabaña.
Una de las importantes razones de porqué el hombre descuida su avance y crecimiento durante su vida, es la creencia equivocada de que está en este mundo para quedarse. Ese pensamiento hace que este se ocupe exclusivamente en la construcción de su mundo, abandonando completamente cualquier labor que no tenga en ella por lo menos algo de gratificación mundana. En cambio, cuando se sabe que se está de paso, empieza inmediatamente el cuestionamiento de hacia dónde voy.
Los días de Sucot traen con ellos el mensaje de que no estamos aquí para quedarnos. Nuestra estadía en este mundo es corta y nos es dada para preparar y construir la vida verdadera en el mundo que viene. El proyecto principal del hombre durante su vida debe ser su preparación para la vida eterna que se logra con el estudio de la Torá, el cumplimiento de las Mitzvot y el refinamiento del carácter.
Este año llegamos a los días de Sucot bajo la sombra del agresivo virus y la crisis que este trajo. El mundo lleva meses, obligado a cambiar muchos de sus hábitos y costumbres. La máscara, por ejemplo, que era vestido exclusivo por médicos y dentistas, se volvió una prenda más de todo aquel que quiere, tan solo, salir a recoger el periódico o tirar la basura. Y ni hablar del inminente distanciamiento social, para el que le interesa cuidar su salud y la de su prójimo. La humanidad que se sentía cómoda dentro de su conocido, aparentemente fijo y constante mundo, le ha tocado salir a uno muy diferente.
En esto último, pareciera que el mensaje de Sucot y el de esta época de corona tienen algo en común. Los dos advierten que nuestra estadía en este mundo no es para siempre. Lo que nos queda por aclarar, y eso lo dejamos a cada uno que lo analice por su cuenta, es que, así como los días de Sucot con la Mitzvá de Sucá son los días de nuestra alegría, acaso estos días de corona son también días de alegría. Este análisis hay que hacerlo con la convicción de que “Kol ma deavid Rajamaná letav avid”, todo lo que hace Hash-m lo hace para nuestro bien. Vale la pena analizar esto con cuidado ya que, saber contestar esta pregunta correctamente y vivir con esa convicción, son el secreto de la alegría verdadera.
Deseo a todos un Sucot muy alegre y muy buenas noticias,
Daniel Milhem.