El Mensaje de la Semana – Lej Lejá 20
Shalom a todos!
Nuestros Sabios relatan que, en días en los que el mundo estaba sumergido en las profundidades de la idolatría, le nació a la esposa de un líder idólatra de su tiempo, un bebé que, desde muy joven, al percibir la falsedad de la idolatría, comenzó su procura por la verdad. No es difícil imaginarse las grandes batallas que tuvo que luchar para separarse del camino de la humanidad, especialmente la lucha contra la tendencia natural de dejarse llevar por la corriente avasalladora de las masas, que cuando ellas constituyen la totalidad del mundo, la guerra es obviamente, más tenaz.
El joven logró su cometido y descubrió a su Creador. Llegó a niveles tan elevados de conocimiento y de fe, que prefirió saltar al horno ardiente y no negar su convicción. Ameritando con eso el milagro de salir ileso, habiendo también pasado con éxito su primera gran prueba. En esos días empezó a brillar la luz de Abraham. Desde muy joven mostró niveles elevados de responsabilidad. Entendió desde muy chico que, el camino cómodo, dejándose llevar por la corriente, no es el correcto a tomar en el paso corto que tiene el hombre en este mundo terrenal. Escogió como mujer a Sará, la mujer grande que sería la compañía perfecta para seguir su gran proyecto. Juntos manejarían el coloso proyecto de convencer al resto del mundo sobre la falsedad y ridiculez de la idolatría y la verdad indiscutible de la fe verdadera en el Di-s único, el Creador del mundo.
Después de mucho éxito junto con Sará, recibe Abraham un llamado del Cielo de abandonar su tierra, su familia y la casa de su papá. La orden es verdaderamente difícil de entender, no solo por la dificultad de su acatamiento sino porque, las cosas parecían andar completamente a la perfección. Que podía faltar una vez que Abraham se unió con la mujer perfecta que, no solo podía ver con Rúaj Hakodesh, sino que se adhirió con plena convicción al gran proyecto de Abraham, como lo testimonian nuestros Sabios que, Abraham convertía a los hombres y ella lo hacía a las mujeres.
Pareciera que la respuesta a esta pregunta no solo nos da una idea más clara de cuál es el papel del hombre en este mundo, sino que nos hace escuchar un llamado eterno que del Cielo hacen a cada uno de nosotros. Son dos palabras, “Lej Lejá”, “Ve hacia ti”. Las grandes hazañas de Abraham hasta ahora, no eran sino una preparación para poder empezar a emprender su camino. Sólo ahora estaba listo para empezar ese camino que lo llevaría a su verdadero ser. “Ve hacia ti” es un llamado a dejar todo lo que sea necesario para entonces avanzar al verdadero yo. Un camino en el que, entre más avanzo, más me alejo de la falsa percepción que tenía de mí. Más me acerco al verdadero yo.
Ese camino de luz que incrementa, cuando se camina con responsabilidad, con constancia y fe completa en la Unidad del Creador, lleva al hombre a su perfección y con él al mundo entero, cumpliendo así con la finalidad de la creación, llenando nuestras vidas y al mundo entero de verdadera alegría y de la luz incomparable que emana de la conexión con el Creador.
Shabat Shalom y buenas noticias para todos les desea,
Daniel Milhem.