El Mensaje de la Semana – Vayeshev 20
Shalom a todos!
Uno de los grandes padecimientos de los que sufre la humanidad en estos momentos, es el sentimiento generalizado de que, en la medida que pasa el tiempo, la confianza se hace más y más escasa. El hombre, como ser dependiente, especialmente en sus años iniciales, para su salud mental y emocional, necesita saber que puede contar con la lealtad de, por lo menos, sus más allegados. Incluso en etapas más avanzadas, en las que este se independiza y tiene la capacidad de suplir por sí mismo gran cantidad de sus necesidades, este en su condición de gregario, basa su tranquilidad en la confianza que siente no solo en sus allegados sino también en las instituciones que tienen a su cargo cosas tan básicas como el gobierno, la ley, la medicina, la prensa y otras más.
La responsabilidad, la lealtad y el cumplimiento, son cualidades que el individuo debe adquirir en su proceso de educación. El ejemplo que recibe el chico de sus padres, es el factor más crítico para la adquisición de estas virtudes y de muchas más. Por ejemplo, en la medida en que ellos se conduzcan con lealtad entre sí y también para con sus hijos, estos la captarán y obtendrán una impresión tan fuerte en sus corazones que la tendrán como segunda naturaleza. Lo mismo con todas las cualidades que deben caracterizar un verdadero hombre que se espera de él que forme parte de la sociedad.
Después de lo escrito antes, no es de extrañarse que la confianza se considere hoy como una especie en peligro de extinción. Cuando en el propio hogar, en ese nido en el que se espera que se forme la nueva generación, la confianza y la lealtad son cada vez más escasas, que se puede esperar de esa humanidad que ahí se pretende levantar.
Analizar la historia de Yosef ayuda, entre otras cosas, a tener una exposición a lo que es la verdadera lealtad. Esta cualidad la manifiesta Yosef tanto en su relación con el Creador como en su relación con todo aquel que tiene contacto con él. Aunque nuestra Parashá trae un sin número de instancias en las que se nota su gran nivel de responsabilidad y fidelidad, vamos a citar sólo una en esta ocasión.
Yosef Hatzadik era, como es sabido, un gran sabio. Incluso que él sabía perfectamente de la gran enemistad que sus hermanos le tenían en esos días, fue entusiasta para cumplir con la orden de su Papá, yendo a revisar el estado de sus hermanos, cómo este deseaba. En el camino, tiene la oportunidad de dialogar con el ángel Gavriel y este le dice que sus hermanos planean quitarle la vida. Yosef de manera inexplicable, después de haber oído esto de boca del ángel, confirmando así lo que él sospechaba, sigue su viaje en dirección a sus hermanos.
Esto necesita una explicación. ¿Que hace que un hombre, ponga su vida en peligro, como quien se mete en la boca del lobo? Incluso que sabemos que la Torá ordena la honra de los padres, como por ejemplo aquí que se trata de cumplir con el deseo y la orden del papá, pero hubiéramos pensado que esto no se aplica cuando del Cielo envían un ángel a advertir que este cumplimiento encierra peligro de muerte.
Si quisiéramos contestar esta pregunta con el principio conocido de “Lo bashamayim hi” “La Torá no está en el Cielo” y por lo tanto, no se cambiaría una Mitzvá de la Torá frente a, como en este caso, la advertencia del Cielo mismo. Incluso así, cuesta entender cómo Yosef continúa su peligroso viaje, pese a este claro aviso del Cielo. ¿De dónde saca esa fuerza para cumplir con la Torá a través del pedido de su Papá con tanto ahínco?
No es sino su gran cualidad de lealtad. Fidelidad completa a la Torá y sus órdenes y enseñanzas, colocándolas por encima de cualquier preferencia personal. Esa que lo llevaría al cumplimiento de sus sueños, habiéndose corroborado su gran elevación y su clara preferencia cómo rey, por encima de su noble familia, santificando el nombre del Cielo en todos sus quehaceres con incomparable rectitud.
Cuán urgente es este mensaje en tiempos como los nuestros. Que bueno sería que la humanidad tornara su visión hacia el ejemplo legendario de Yosef, en momentos en los que el descenso en que se encuentra esta, se hace cada vez más notorio y más empinado.
Deseo a todos muy buenas noticias, Janucá sameaj y Shabat Shalom,
Daniel Milhem.