El Mensaje de la Semana – Tetzavé – Purim 81
¡Shalom a todos!
Una de las Mitzvot más características de Purim es la de simjá, alegría. A muchos les llama la atención que éste precepto se haya fijado, desde los días del milagro de Purim, para todos los años, sin ninguna excepción. Preguntan, entre otras cosas, ¿acaso la alegría no depende del estado anímico de la persona en un determinado momento?, o ¿acaso no es cierto que en ciertos momentos de la vida es difícil o imposible alegrarse?
Este año, en el que gran parte de nuestro pueblo llega a Purim en medio de una gran crisis que ha sabido propinar al mundo en general y a cada individuo en particular variedad grande de golpes que oscilan entre los económicos, los de salud y hasta la pérdida de familiares cercanos, lo alenu, esta pregunta es más común.
El Gaón de Vilna, al comienzo de su explicación a Meguilat Ester, explica la difícil Guemará que, al preguntar ¿dónde encontramos que Ester es de la Torá? contesta con el versículo en el que Hash-m advierte a su Pueblo que “Yo ocultaré mi rostro en ese día”, que cómo vemos, no se entiende su pregunta y mucho menos su respuesta. El Gaón explica que la Guemará está preguntando ¿dónde dice en la Torá que el Creador del mundo hace milagros para su Pueblo, como los de los días de Ester, incluso cuando este está en la oscuridad del exilio?, y que ésta contesta con este versículo, en el que está insinuado el nombre de Ester justo en la advertencia de que Hash-m ocultaría su rostro.
La palabra ocultar, aster, que se encuentra en el versículo, se escribe igual que el nombre de Ester. Lo que denota que, incluso en momentos de la más grande oscuridad, en los que Hash-m, por nuestros pecados, ha ocultado su rostro, incluso allí, está Ester, que simboliza a los Tzadikim que Hash-m “manda” en cada generación, para acompañar y cuidar a Israel a lo largo del extenso exilio y que, a través de ellos, hace que ocurran grandes milagros de manera oculta.
Los días de la pandemia han sido duros. Pareciera que nadie se ha salvado de alguno de sus golpes. Purim este año lo recibimos bajo la sombra de esta crisis. Este año pareciera que son más válidas que nunca las preguntas que suelen hacer acerca de la Mitzvá de alegría en Purim. Pero, con este nuevo entendimiento del mensaje de Purim, podemos entender cómo la Mitzvá es la de alegría, no importa en qué estado esté el mundo o el individuo. Ese es justo el mensaje de Purim que, incluso en los momentos más oscuros, allí está el Creador del mundo, que, a través de sus enviados, los Tzadikim de la generación, hace, con milagros ocultos, la salvación de su Pueblo y con ellos, la del mundo entero.
Ejemplos de esto, en nuestros días, son la milagrosa, super acelerada aparición de las vacunas que, en casos “normales” podría haber tomado varios años. También, el hecho de que, un país de los más pequeños en el mundo, a estas alturas incipientes de la vacunación, ya cuenta con casi la mitad de sus habitantes vacunados. Es difícil no ver cómo también en estos días de oscuridad, el Creador, que en momentos cómo estos, esconde su rostro, manda a través de sus Justos la salvación.
Recomiendo mucho nuestro audio corto con título Purim 81 en el que se expone y se aclara la parábola que usa el Gaón para explicar esta realidad. También es muy bueno escuchar la serie de Meguilat Ester en la que se obtiene un nuevo entendimiento de los eventos que trajeron los grandes milagros de los días de Mordejai y Ester.
Purim sameaj y Shabat Shalom, les desea de todo corazón,
Daniel Milhem.