El Mensaje de la Semana – Vayakhel – Pekudei 81
Este Mensaje es publicado para la elevación del alma de los queridos Aaron ben Victoria z”l y Esther bat Leah a"h, que sus almas estén envueltas en el Tzror Hajayim.
¡Shalom a todos!
Antes de abandonar el tema del palacio que escribimos la semana pasada, vale la pena aclarar que, hay por lo menos dos maneras de vivenciar esta estadía. La una es la de aquel que entiende el gran mérito de haber ganado la entrada y se interesa en conocer su papel para poder cumplirlo y la otra, es la del que piensa que entró al lugar simplemente para pasear.
El primero, pronto se enterará que dentro del palacio su proximidad al Rey dependerá de su compromiso y diligencia para cumplir con su papel. Desde el principio tiene razones para alegrarse y sentir el orgullo del que, cómo muy pocos, ameritó formar parte del equipo que efectúa el trabajo del gran Rey. Muy pronto también, se dará cuenta que el Rey es tan grande, que su abrazo y su caricia se sienten incluso en el lugar más recóndito del palacio. Su contacto con los más experimentados, los que, a través de los años, con dedicación lograron escalar más y más, le va a servir de guía para mejorar constantemente su labor. El consejo de estos le ayudará a evitar errores y a corregir lo que se necesite.
El segundo, en cambio, en su plan de turista, muy pronto se conectará con el grupo de los de las ventanas. Ese grupo, que es muy numeroso, después de no haber encontrado mucho sentido y gusto de su paseo por el palacio, se interesó más por lo que ocurre fuera de él y se instalaron en alguna de las ventanas. El mirar por la ventana, al principio, pareciera mucho más grato que ocuparse de alguna de las labores de las que se ocupa el primer grupo. Sólo que, nada se puede comparar con la vida, no hay nada que remplace la verdadera vivencia del vivir. Cuando miras por la ventana no eres sino un espectador, los que viven son otros.
La semana pasada escribimos que el Tabernáculo es una “réplica” del mundo entero. El que estudia el Tabernáculo con cuidado, se dará cuenta que este no tiene ventanas. No las necesita. Nuestro universo tampoco tiene ventanas. Es tan perfecto y completo que no hay nada que buscar afuera de él. De acuerdo a esto, necesita explicación, a que ventanas nos referimos cuando hablamos del grupo de las ventanas, el grupo número dos.
Nuestros Sabios enseñan que hay tres cosas que sacan al hombre del mundo, el afán por lo material, la envidia y el ansia por los honores. Cada persona, de acuerdo al específico nisayón (prueba) que le fue fijado, tiene una de estas tres cosas más marcada. Es por eso que, esta enseñanza confunde a muchos, les parece que son justo estas tres cosas, o por lo menos una de ellas, las que más caracterizan este mundo material. Se preguntan ¿acaso hay otra cosa en el mundo?
Por el otro lado, el que sabe que llegó a este mundo para trabajar y que su papel es el de elevarse logrando más y más cercanía al Rey, entiende que, así como el Mishkán no tiene ventanas, este mundo tampoco las tiene. Entiende que esas ventanas que cautivan la atención del segundo grupo, no están sino en sus corazones y aquel que vino a pasear muy pronto cae presa de ellas. Su amenaza es tal que, como dicen nuestros Sabios, sacan al hombre del mundo.
Las últimas cinco Parshiyot trataron sobre el Mishkán y cada uno de sus detalles, no debemos dejar pasarlas sin llevarnos por lo menos un mensaje. Nuestra venida al mundo es para trabajar. El Rey de los maljei hamelajim nos adjudica a cada uno la parte que nos toca en este trabajo que se debe hacer. Si acaso te pareció que el mundo tiene ventanas, acuérdate del Mishkán, igual que él no las tiene, así también nuestro mundo. Esas ventanas que percibes no están sino en tu corazón. Son las pruebas que, al pasarlas, descubrirás la gran luz que se esconde para aquel que escoge vivir.
Recomiendo mucho, para los que quieran profundizar en este tema, escuchar la gran serie de Dérej Hash-m, en la que se encuentran varios de los principios que se exponen en este mensaje.
Deseo a todos un Shabat Shalom, jodesh tov y mucho éxito,
Daniel Milhem
Gracias estimado Daniel Milhem por El Mensaje le ilui nishmat Aharon ve Esther.
El q se asoma por la ventana me recuerda al cuento de los dos tipos de personas a existen…El que hace que las cosas pasen, y el que pregunta: Aquí paso algo?
D’s quiera q seamos de los que trabajan duro en el palacio..
Be braja,
Rami Kadoch