El Mensaje de la Semana Behar-Bejukotai 20
Shalom a todos!
En estos días de corona, muchos de nosotros nos parecemos a ese hombre que tenía muchas dificultades en la vida, varias de ellas, incluso difíciles de soportar. Hasta que una noche, vio en sueños un anciano con cara de sabio que le dijo: “Si buscas en estos días un tesoro, al hallarlo, encontrarás en él la solución a todos tus problemas”. Al despertar entendió que se trataba de un sueño verdadero, empacó unas pocas pertenencias, también comida y después de despedirse de su esposa e hijos, salió al camino, en búsqueda del tesoro.
Viajó mucho, buscó mucho y no encontró sino desilusión y más razones para sentir angustia y desesperación. Entre más pasaban los días más perdía las esperanzas sintiendo que, no solo no ha encontrado ningún tesoro, sino que cada día le parece que está más lejos de él. Un día, al atardecer cuando en su cansancio estaba listo para abandonar su búsqueda, se encontró con un anciano con cara de sabio, que le preguntó “¿Por qué te ves tan preocupado y desesperanzado?”. Él le contestó con palabras de lamentación, exponiendo sus grandes dificultades, el sueño que tuvo, su decisión de emprender viaje en búsqueda del tesoro y su completo fracaso encontrándolo. El anciano le dijo de manera suave y tratando de mostrar empatía “¿Quién dijo que ese preciado tesoro está tan lejos de tu pueblo, tan lejos de tu casa? ¡¿Por qué no buscas primero en tu pueblo, primero en tu casa?! Este entendió el mensaje y después de agradecer al anciano, inició viaje de vuelta a su casa. Habiendo llegado a casa, después de un muy emocionado reencuentro con su esposa e hijos, comió, descansó y empezó su buscada ahora en su pueblo, en su propia casa. No pasó mucho tiempo y encontró dentro de su pueblo, dentro de su casa, el añorado tesoro que, como aseguró el anciano en el sueño, contenía la solución a todas sus dificultades.
Muchos de nosotros también, recibimos la promesa del anciano con cara de sabio, en el sueño. Decidimos emprender viaje, lejos de nuestras casas, lejos de nosotros mismos y llegamos a niveles de incertidumbre, a altos niveles de desesperanza. Incluso así continuamos procurando en caminos equivocados, lugares muy lejanos.
En estos días fuimos obligados a volver a nuestro pueblo, volver a nuestra casa, a nosotros mismos. Lo único que nos diferencia con ese hombre de nuestra historia es, que no hemos atinado a continuar la búsqueda, ahora dentro de nuestro pueblo, dentro de nuestra casa, en nosotros mismos.
Mucho éxito y Shabat Shalom a todos, les deseo de todo corazón,
Daniel Milhem.
Rosh Kolel Birkat Abraham