El Mensaje de la Semana – Devarim 20
Shalom a todos!
El tiempo sigue pasando y el virus continúa conquistando territorio. Su golpe ha sido en varios frentes, la salud, la sociedad, la economía y hasta en la estabilidad de varios gobiernos. La humanidad aún no divisa la luz al final del túnel. Los optimistas se concentran en los avances de laboratorios que procuran una vacuna. Los pesimistas se concentran en la cualidad sorprendente que tiene este virus de sufrir mutaciones. Los realistas no saben a quién escuchar.
El que observa con cuidado, puede notar un fenómeno que se repite mucho en la naturaleza. En algunos lugares es más obvio que en otros. Por ejemplo, las plantas ornamentales que se colocan en las ventanas florecen con mucho colorido en el verano, en días en los que todo parece sucumbir bajo los rayos ardientes del sol. De la misma manera, durante las horas de la noche cuando el mundo se encuentra dominado por las tinieblas y los temores que eso conlleva, en esos momentos, la vida se renueva con infinidad impresionante de procesos adecuados para cada parte de la creación. También, en los meses de invierno con sus bajas temperaturas en los que pareciera que el mundo vegetal ha perdido su vida para siempre, justo entonces, se están dotando la tierra y lo que ha quedado del mundo vegetal de lo que necesitan para volver con fuerzas renovadas en los meses de primavera. Los ejemplos son numerosos y todos comparten un factor común. En momentos en los que pareciera que todo se ha perdido, justo allí se forja la base de la continuidad y de la vida misma.
La lección es clara. El Creador nos enseña que, a diferencia de lo que captan nuestros sentidos, los beneficios más grandes, salen de lo que pareciera más adverso. Y si profundizamos un poco más descubriremos, que lo que nos parece negativo es verdaderamente favorable. El ardiente calor es color y alegría, la tiniebla es fuerte luz y el intenso frío, ese que congela todo, no es sino más vida.
Este mensaje se hace muy relevante en días como estos. La humanidad siente que atraviesa un oscuro túnel el cual la luz de su final no se logra divisar. Y del Cielo nos dicen, ¡La luz es ahora! En estos momentos en los que incluso los más escépticos han tenido que aceptar que no nos queda sino mirar hacia arriba entendiendo que del Creador del mundo y nada más de Él puede venir la salvación, es ahora que se puede notar con claridad la luz inmensa de la sonrisa confortante del Creador que no hace con su mundo sino lo que es mejor para sus creados.
Buenas noticias para todos y Shabat Shalom les desea,
Daniel Milhem.