El Mensaje de la Semana – Vaetjanán 20
Este año se ha hecho más fácil sentir la tristeza del Nueve de Av. El mundo entero está cambiado. Es difícil encontrar individuos que no se sientan afectados por alguno de los golpes que trajo consigo el corona. Como si fuera poco, a esto se suman problemas que han traído grupos oportunistas que, aprovechando la crisis y el estado de emergencia, traen desorden con protestas e incluso guerra contra las autoridades, creando anarquía e inestabilidad. Las fuentes de ingresos en casi todas la áreas se han afectado. Unos sufren por desempleo y otros por haber disminuido o incluso perdido sus negocios. Hoy más que nunca parece, que lo que empezó con la destrucción del Templo, no fue sino el comienzo de la destrucción del mundo entero.
Hay tres tipos de destrucción. La primera es una, que su única finalidad es destruir, es un acto completamente dañino del que no saldrá ningún beneficio. La segunda es una que pretende construir después de haber destruido y con paciencia, podrá el espectador presenciar el beneficio de esa destrucción. La tercera es una que construye a través de la destrucción. Esta tercera es destrucción solamente en los ojos del espectador desinformado mientras que, aquel que la lleva a cabo, sabe que su acto es uno de construcción.
Es fácil encontrar ejemplos para las dos primeras. La inicial puede ser, un chico que sin ninguna razón lógica decida destruir uno de sus juguetes. Destrucción neta. La segunda, la vemos en cualquier lugar donde derrumban edificaciones defectivas para construir nuevas y mejores. La tercera puede costar encontrar algún ejemplo, hasta que entendemos que, para esta, se necesitan dos tipos de individuos, uno que entiende lo que se logra y uno que no entiende. Por ejemplo, un ignorante que presencia la preparación de un campo para el sembrado. El ignorante no ve sino destrucción. Primero sacan del bonito lugar todo lo verde incluso flores, después despojan de allí cualquier piedra. Después llevan a cabo el arado con su aspecto destructor. El desinformado no ve sino daño y devastación, en momentos en los que la labor es de pura construcción.
En momentos en los que la humanidad presencia y vive procesos dolorosos, en los que lo estable se ha hecho inestable, lo consistente en inconsistente, lo cierto en incierto, lo seguro en inseguro, la aparente salvación se convirtió en amenaza. En estos días de gran incertidumbre, qué bueno sería que, el hombre entienda que, detrás de todo este aparente desarreglo está la mano del Creador del mundo que desde siempre lo dirige hacia su destino final. La destrucción que hoy presenciamos no existe sino en los ojos del espectador ignorante. Como en el ejemplo de la preparación del campo para su sembrado en la que su beneficio es la producción del fruto que germinará allí, también el estremecimiento por el que atraviesa el mundo hoy tiene como finalidad que germine en el hombre el entendimiento que el mundo tiene un Creado al que el hombre debe escuchar. La gran diferencia entre estas dos es, que, a diferencia del inerte campo, el hombre que fue dotado con intelecto, cuenta con lo que se necesita para, en estos momentos, escuchar, entender el mensaje y detener el doloroso proceso habiéndose alcanzado la deseada finalidad.
Mucho éxito, buenas noticias y Shabat Shalom para todos, les desea,
Daniel Milhem.