El Mensaje de la Semana – Vayetzé 20
Shalom a todos!
El hombre, como es sabido, llega al mundo dotado de infinidad de regalos. Entre ellos el entendimiento, el poder del habla, la visión y a la cabeza de todos, el libre albedrío. La libertad de escoger entre el bien y el mal.
Todo ser humano cuenta con dos tendencias, la de hacer el bien y la de hacer el mal. La historia muestra desde sus principios, cómo el hombre ha desaprovechado el gran regalo del libre albedrío, cayendo presa constantemente de su tendencia a hacer el mal, su yetzer hará. La “mercancía” que vende este yetzer es muy atractiva, tiene una promesa de goce instantáneo. “Si quieres gozar ahora, sigue mi consejo”, es su mensaje. La otra tendencia, aunque su “mercancía” es la realmente buena, su mensaje es, “el verdadero goce viene después de un esfuerzo”. Con esta oferta, su clientela es mucho más reducida.
Cuando el hombre abandona su libre albedrío, cayendo constantemente presa de su yetzer hará, puede llegar a un estado en el que pierde noción de la realidad. Abandona el uso de la lógica y se inventa su propia realidad. En ese estado, el mundo se ve sólo de esa manera. Se está tan lejos de la influencia del yetzer hatov, que cuesta considerar otra posibilidad.
Veinte años tuvo Laván en su casa a su gran yerno Yaakov. Este mostró lo que debe ser un esposo, con sus dos hijas. Trabajó para él como pastor a un nivel que nunca soñó que pudiera existir. La honradez y la entrega de Yaakov durante esos veinte años quedaron grabados en la historia del mundo como el modelo del empleado leal, correcto y alabable.
Después de todos estos años, a Laván no le sirvió este gran espectáculo de rectitud y fidelidad. Cuando escuchó que Yaakov se fue, Laván con su visión estrecha y dominado por su propia deshonestidad, salió “disparado” persiguiendo al “ladrón” que le robó todo y se escapó…
El torcido no tiene la capacidad de considerar que el recto es recto. Así como él tiró hace tiempo su libertad, entrando en la prisión de su propio yetzer, en sus ojos, el mundo entero se rige de esa manera e incluso cuando es expuesto a la rectitud del recto, no la logra reconocer.
El yetzer hará es una creación muy poderosa que no necesita ninguna ayuda para cumplir con su papel. Además, éste cuenta con un gran aliado, el hombre mismo que, por su pereza prefiere la promesa del goce inmediato, incluso que la lógica le dice que por ahí no está la alegría verdadera.
El deterioro del hombre y de la humanidad entera se ha acelerado, desafortunadamente, en estos últimos años. La aparición del internet y con él los teléfonos inteligentes le dan al hombre la posibilidad de llevar su propia prisión en su bolsillo y canjear la realidad, por la visión degenerada y torcida de todo aquel que sólo desee exponer su oscuridad a todo el mundo, de manera más fácil que nunca.
Deseo a todos muy buenas noticias y un Shabat Shalom,
Daniel Milhem.