El Mensaje de la Semana – Vaerá 81
Shalom a todos!
Hay quien dice que este año en Leil Haseder va a ser más fácil imaginarse el golpe que recibieron los egipcios con las plagas. El mundo, en estos últimos meses, ha alcanzado a experimentar toda clase de cosas que nunca soñó. Cuarentena, que en ciertos casos significa soledad, en otras, apiñamiento. Miedo, enfermedad, desempleo, quiebra. En fin, la lista es, desafortunadamente, mucho más larga y dolorosa.
Da la impresión que este virus es la onceava plaga. Y lo más grave es que, a diferencia de las diez primeras, los receptores de esta no son los malvados egipcios que abusaron, sin piedad, por ciento dieciséis años del Pueblo de Hash-m, sino que se trata de todo el mundo, o casi todo. También, esta onceava, no es sólo el relato de un suceso que ocurrió hace más de tres mil años, sino que es ahora, hoy.
Si es cierto lo que escribimos hasta ahora, es apropiado ahondar un poco más. Los egipcios, se hubieran salvado de recibir todas esas plagas, si hubieran sido más sabios. Incluso después de haber pecado gravemente con la opresión cruel sobre el Pueblo de Israel, pudieron haberse quitado de encima el golpe que les debía llegar. Vale la pena aclarar que, el pueblo egipcio no fue víctima de su rey Paró. Ellos fueron no sólo cómplices, sino que participaron y gozaron del maléfico plan del rey. Incluso cuando, de manera inexplicable, Paró prefirió presenciar la destrucción de su gran reinado y no escuchar la orden del Cielo y obedecer, su pueblo no atinó en protestar su tonta obstinación, sino después de haber recibido siete plagas.
Volvamos a nuestros días, a la onceava plaga. La verdad es que deberíamos ser más sabios que los egipcios de esos días. Después de todo, nosotros estudiamos con asombro lo ingenuo que fueron e incluso no entendemos cómo cayeron en algo así. ¿Que nos hace acreedores de este jalón de orejas? ¿Será posible que este mundo global de hoy no es sino un gran Mitzrayim (Egipto)? ¿Será cierto que nuestro mundo se ha ganado una plaga número once colectiva?
Como sabemos, mitzrayim son limitaciones. El exilio en Egipto y su esclavitud ceñían sobre Israel limitaciones que no se confinaban a lo físico, sino que también e incluso especialmente, sobre lo espiritual. Ese dominio no dejaba a la gran nación separarse de las “piedras y el cemento”, la pesada materia que constituye este mundo, tan alejado de la elevación. Paró los tenía dominados, su finalidad era que no tengan ningún vínculo con su espíritu, con su conexión con lo elevado. Paja, tierra, cemento, piedras. Sólo bajar, no subir.
El que ha puesto atención hasta ahora, seguramente se dio cuenta lo parecido que es el mundo de hoy al Egipto de Paró. Las piedras y el cemento de hoy cada uno las conoce. El dominio aplastante que no deja tener ningún vínculo con lo espiritual y la conexión con lo elevado, también. Lo que queda por descubrir es el malvado Paró de nuestros días. A ese que habría que ir a reclamarle para que el mundo por fin se libre de esta pesada plaga once y que, jas veShalom, no le caiga una número doce.
La realidad es que Hash-m ya sacó a su Pueblo de Egipto. La liberación fue completa, no solo física, sino que, y especialmente, espiritual. La lección fue para el mundo entero. El mundo tiene un Creador y Él lo supervisa y domina constantemente. Entregó su Torá a Israel, dándole a su Pueblo la clave para mantener su libertad del dominio cruel del amenazante mitzrayim que ofrece este mundo material.
Después de la salida de Egipto, Paró quedó vivo, sobreviviendo incluso el gran golpe en el Mar Rojo, a diferencia de su infeliz pueblo. Es posible que para eso Hash-m lo dejó. Cómo señal de que, la amenaza no terminó ese día en Yam Suf. El rey malvado sigue vivo y su amenaza sigue en pie. Sólo que hoy, después de la destrucción total de su gran reino, busca alojamiento, busca un trono para desde ahí reinar. Lo triste es que lo ha encontrado en los corazones de todo aquel que se niega a aceptar, que la única clave para lograr o mantener la libertad, está en el estudio diligente y el cumplimiento de la Torá que Hash-m le dio a su Pueblo para que mantenga y renueve, constantemente, la libertad que le regaló con la salida de Egipto.
Deseo a todos muy buenas noticias y un Shabat Shalom,
Daniel Milhem.