El Mensaje de la Semana – Pésaj 81
¡Shalom a todos!
La libertad es uno de los derechos humanos más básicos y, en nuestros tiempos, toda nación que se respeta, tiene en su constitución la libertad como la primera de sus cláusulas. Ni hablar de las democracias que, incluso proveen a sus gentes la posibilidad de participar en el gobierno de sus países. A la cabeza de la libertad se han colocado los liberales que, al parecer, son aquellos que flamean la bandera de la verdadera libertad, ¿acaso el nombre que tomaron para sí no lo testimonia sin lugar a discusión?
La gran "suerte" de la humanidad es que, tradicionalmente el grupo de los liberales está conformado por los hombres de la academia, las artes, la bohemia y todo aquel que quiere ser relacionado con los instruidos de la generación. Cuando se trata de un grupo tan elevado intelectualmente y tan iluminado, podemos entender que la libertad verdadera se encuentra con ellos. Personas con ese nivel de educación y entendimiento, con seguridad son los más indicados para entender qué es la libertad y cómo se pone en práctica. Una vez que la libertad está en manos de los intelectuales, podemos estar tranquilos que ellos lograrán, poco a poco, inculcar este importante valor al resto de la población y el mundo llegará a la codiciada libertad que tanto necesita.
Lo que hemos escrito hasta aquí, en teoría, suena muy bien y muy prometedor. El mundo llegará, con la guía de los especialistas, a su arreglo verdadero y el hombre será verdaderamente libre para que su luz brille, iluminando el mundo entero, colocando así su grano de arena para el avance de la humanidad. Un paraíso terrenal.
La mala noticia es que, un vistazo al estado del mundo en nuestros días, nos hace encontrar una realidad que no sólo es muy diferente a lo que hemos escrito, sino que la dirección de las cosas no prevé nada mejor. Hace pocas décadas, era posible deambular por casi cualquier calle en el mundo, a cualquier hora, sin ninguna de las tantas amenazas que son parte de la experiencia de hoy. Los niños podían salir a jugar. Hoy cada vez son más escasos los lugares como estos. El mundo se está haciendo, a paso cada vez más acelerado, un lugar muy inhóspito, una verdadera prisión. ¿Dónde está la prometida libertad? ¿En qué ha fallado la élite intelectual en su trabajo “sabio” de llevar al mundo a su verdadera liberación?
Cuándo Hash-m manda a Moshé a sacar al Pueblo de Egipto, Moshé le pregunta “Incluso si yo fuera importante, ¿cómo podré sacar a Israel de Mitzrayim?” y Hash-m le contesta “Esta es la señal que corrobora que Yo te mandé, cuando saques al pueblo de Egipto, me servirán sobre este monte”.
La pregunta de Moshé necesita una explicación y también la respuesta que recibe. Pareciera que Moshé pregunta, ¿cómo puedo yo sacar al pueblo de su esclavitud?, incluso si los logro sacar de Egipto, ¿acaso la libertad completa no depende sino de ellos mismos? Cierto que al salir de Egipto se liberarán del yugo de Paró, pero inmediatamente caerán presa de sus propios corazones. Ellos colocarán sobre sí mismos el yugo de su propio mitzrayim. Moshé que conoce bien la naturaleza del hombre, entiende que el corazón pronto tomará las riendas, el intelecto será dominado por él, caerá en su prisión. Y, por tanto, no puede ser que Hash-m lo haya mandado a hacer una liberación que no tiene ningún beneficio.
Sobre esto, le contesta Hash-m, “cuando los saques de Mitzrayim me servirán sobre este monte”. En otras palabras, ¡recibirán la Torá! Hash-m le dice a Moshé que la liberación física, sacando al pueblo de Egipto la harás tú y la liberación espiritual que sin ella no se ha logrado nada, el pueblo se la ganará sirviendo a Hash-m sobre ese monte, recibiendo la Torá.
Esa libertad imaginaria que, cree esa elite que se puede para ellos y para el mundo entero. no tiene ninguna base. Toda su filosofía está completamente dominada por los deseos bajos de sus corazones. Para comprobar esto, es suficiente observar el declive constante y cada vez más empinado en el que se encuentra la humanidad.
Esto lo sabía Moshé bien y es por eso que “exigió” una garantía de que la salida de Egipto tendría un verdadero beneficio. Sólo con la Torá de Hash-m encuentra el hombre el camino para dominar su corazón y colocar al intelecto, educado por la Torá, a dirigirlo por el camino correcto de la verdadera libertad.
Deseo a todos un Shabat Shalom y un Pésaj en el que logremos todos alcanzar un nuevo nivel de la verdadera libertad,
Daniel Milhem